martes, 29 de abril de 2008

Adiós dulce

La muerte es algo que ocurre a nuestro alrededor y no puede ser cambiada, por lo que no queda otra que aceptarla. Se pueden conservar objetos, fotografías... pero el único lugar que vale para los que ya no existen está en nuestros corazones.
Vamos a no perder el tiempo, no lamentar lo que no hicimos, lo que no dijimos... no dejemos pasar las largas tardes de los domingos en casa. Aprovechemos el tiempo y llamemos a los familiares, quedemos con los amigos, regalemos una sonrisa, una historia, un "Te quiero"...
Vivamos como si nos quedase un día de vida.

1 comentario:

Unknown dijo...

Acabo de ver esta entrada hoy.
Por la fecha en la que esta escrita, me siento aludida.
Gracias por estar ahí siempre, aunque sea desde la distancia.
Besos, guapa!